Ser periodistas para algunos es una pasión, para otros es un simple trabajo, sin embargo, a la hora de pasar factura esta profesión no perdona. Uno de ellos fue testigo de esto, Mariano Closs. El relator estaba en el avión a punto de despegar rumbo a Colombia, donde iba a transmitir un partido por la Copa Sudamericana, y pidió bajarse de la nave porque se sentía mal.
“Venía todo normal pero cuando subí al avión me empecé a sentir mal físicamente. Cuando el avión comenzó a moverse me sentí con un poco de presión. Una doctora que estaba casualmente como pasajera me tomó la presión, era como que me faltaba azúcar”, explicó Closs, que luego de unos minutos decidió bajarse del avión y suspender su viaje a Colombia.
Si bien muchas veces el periodismo deportivo es una profesión desestructurada, poco rutinaria y lleva a uno a viajar, esto no siempre es un placer. En algunos casos la presión por conseguir la ultima noticia, o presenciar diversos partidos internacionales hace que el cuerpo no descanse lo suficiente y repercuta con estos síntomas.
Saber decir basta también es de profesional, pero en una sociedad, en el cual, vale más una primicia antes que lo elaborado y lo pensado, el descanso no existe.
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