miércoles, 24 de noviembre de 2010

PERIODISTAS TOCUEN, CAPITULO IX.......

Una vez más este blog se enorgullece de presentarle a sus honorables lectores la sección que semana tras semana trata de opinar libremente sobre ciertos periodistas que ensucian la profesión.

El primer objetivo de esta nota será evitar la palabra preferida y mágica a la que se mal acostumbraron nuestros seguidores.
Posiblemente esta sea una de las últimas secciones del año, por eso tiene un plus para poder darle algo más de color.
Durante todos los capítulos que supimos publicar, hemos desenmascarado a casi todos los comunicadores sociales, que embrutecen no solo a la profesión sino que también al público que consume las atrocidades que ellos escupen sin escrúpulos al aire.
Pero hoy la mano viene por otro lado. Les propongo que usen su imaginación y recreen en sus mentes que pasaría si dos periodistas se juntaran o más bien si se fusionaran entre sí. La idea es rara, pero podría a llegar a ser divertida. Es solo cuestión de voluntad y valentía, porque ver a estos dos tipos en uno es fuerte. Por las dudas, vale aclarar quienes son  los personajes de la semana, Fernando Niembro y Mariano Closs.
Ahora bien,  estas dos personas trabajaron durante muchos años juntos, pero nunca pudieron ser la misma persona y es aquí donde comienza el juego de la imaginación. En primer lugar, al fusionarse, sería probablemente el fin de los medios, porque no  cabe ninguna duda que ambos bastardearián la profesión hasta el infinito y en caso de alcanzarlo seguirían un poco más allá.
Si fueran uno solo, la arrogancia, la soberbia y el maltrato llegarían a su máximo esplendor y probablemente no habría marcha atrás. Con ellos el oficio desaparecería y cobraría más valor, valga la redundancia, la mercancía o  mejor dicho vender la opinión por unos pesos, pocos o muchos dan igual.
Que sería de sus colegas que tendrían que tolerarlo durante horas o peor, perderían el trabajo, porque el egoísmo se adueñaría de ellos por lo que no les haría falta tener gente a su lado.
Sin duda alguna de solo imaginarlos en una persona sería el Apocalipsis del periodismo y del buen gusto. Pero también se podría comprar en medio de un partido de fútbol un pararrayos, indispensable en cualquier hogar. El oyente o televidente los llamaría para poder juntos elaborar las mejores operaciones prensa y así juntos puedan desprestigiar a los profesionales deportivos.
Por suerte esto solo era un juego y gracias a sus pseudos peleas, están cada días más lejos, pero no les quita el mote de Periodistas Tocuen.


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