El ejemplo de ser periodista

Bohemio, uruguayo, periodista, relator deportivo, conductor, locutor y escritor, son algunas de las características que describen a Víctor Hugo Morales, un hombre de radio que demostró ser uno de los más destacados en nuestro país y, el cual, no tiene dos caras a la hora de decir lo que piensa.
Su infancia fue humilde, estuvo rodeada de higueras, cachimba, animales y paisanos. Allí aprendió a rebuscárselas para vivir día a día y con gran prescindencia de lo material. Sin embargo y a pesar de tener más de lo que él había soñado, no se la cree y sabe que puede volver a su lugar de la infancia, un lugar más humilde económicamente. Con solo diez años se inició como locutor en el club político de los blancos “intransigentes” de Francisco Mario Ubillos. La gente se asombraba y admiraba la voz de este niño y en el club lo hacían grabar propagandas políticas junto a su madre. Pero fue a los 19 años cuando trabajó por primera vez en Radio Colonia como locutor y relator.
Su profesión le permitió pasar por radio El Mundo, radio Mitre, radio Argentina, radio Nacional y radio Continental, donde desarrolla su actividad en la actualidad como director de deportes y relator. Fue el hombre que le puso su sello al gol más espectacular en la historia de los Mundiales, cuando Diego Maradona dejó en el camino a seis rivales y finalizó su obra maestra eludiendo al arquero y empujando la pelota al fondo del arco. “¿De que planeta viniste?, barrilete cósmico”, sentenció Víctor Hugo cuando vio esa genialidad en la cancha. Morales, sentía admiración por su abuelo materno, que fue el que le enseñó que en la vida hay que ser derecho. Sin embargo, esto le dio alegrías y disgustos en su vida profesional y personal, porque gracias a esos consejos se formó como persona y así se ganó la admiración y el respeto de muchos, aunque también logró adjudicarse varios enemigos por su sinceridad.
Hoy en día, con tan solo una pluma, un micrófono y una ideología marcada denuncia las injusticias a la que es sometido el fútbol argentino día a día. Supo tomar distancia del monopolio que manejó durante casi dos décadas al deporte más popular del país. Su voz fue la única arma que usó para trasmitir un pensamiento distinto, que lo caracterizó durante toda su vida como una persona que no renuncia a sus ideales.