En este blog hemos hablado de varios periodistas deportivos: de mujeres que con su belleza escalaron alto en el ámbito del deporte, de cómo toman su trabajo los mas “grandes” periodistas que tiene nuestro país, de los pseudo comunicadores sociales entre otros, pero cuando estos hablan de ciertos equipos de fútbol, ¿Realmente son objetivos o se les mezcla ese fanatismo con sus opiniones desmedidas?
Uno de los más "reconocidos" periodistas, que siempre dejó en claro de que equipo era hincha, es Gastón Recondo fanático de River Plate. Este muchacho, a la hora de hablar de fútbol no puede sacarse la camiseta de su equipo y así mezcla el amor por el club con su profesión. Recondo, en distintas oportunidades fue más allá de los límites, a tal punto que discutió en un tono fuerte con algunos de sus colegas. Las peleas con Fantino en Mar de Fondo eran un clásico de la media noche y muchas veces sin sentido, la razón se desvanecía de a poco y la pasión los envolvía.
Hablando de Alejandro Fantino, que si bien siguió la campaña de Boca durante muchos años, algunos piensas que es hincha de Estudiantes o con Colón. Es aquí donde se presta a la confusión, saber de quien es hincha este individuo. Sin embargo, a la hora de hablar es el primero en defender a la hinchada y al club boquense. Ojo, también es el primero en defenestrar al club, a los dirigentes y si tiene tiempo al técnico o a los jugadores.
Uno de los ejemplos más claros es Mariano Closs. A este muchacho se le cae la baba por el club de sus amores, pero también tiene la virtud de desprestigiarlo en los peores momentos. "Bostero de mierda", suelen decir los hinchas ajenos a la institución, aunque también se mezclan otros sentimientos hacia su persona que no serán aclarados en esta nota.
Defender lo indefendible, querer ser de dueños de la verdad y creerse que tienen la razón, son las principales virtudes de los periodistas que se consideran fanáticos por defender los colores de su equipo. Pero también están los que simulan ser de otro equipo, de uno más chico, para no ganarse la enemistad del público. Estos últimos son los peores, porque son hipócritas que no pueden decir la verdad y esconden su pasión para no tomas posición en ciertos casos.
Podemos nombrar varios periodistas más, pero siempre siempre llegaremos la misma conclusión. Aquellos que dieron a conocer el cuadro del cual son hinchas, no pueden dejar de lado el trabajo, no pueden separarlo de su fanatismo.
Podemos nombrar varios periodistas más, pero siempre siempre llegaremos la misma conclusión. Aquellos que dieron a conocer el cuadro del cual son hinchas, no pueden dejar de lado el trabajo, no pueden separarlo de su fanatismo.
¿Es erróneo confesar de qué equipo es uno? El periodismo deportivo es una rama muy sensible a la crítica, no solo de los que la componen sino que también de los que la consumen. Si uno habla bien de un equipo, queda condenado de por vida y es catalogado como hincha de ese club y además pierde credibilidad y objetividad. Pero, si decide criticar a cualquier equipo, pasa exactamente lo mismo. Se forma entonces un histeriqueo constante entre el público y los medios.
Ser objetivo es cosa del pasado, pero ser subjetivo puede costarle la credibilidad a un profesional. Hoy en día, desde las escuelas de periodismo, se inculcan dos conceptos: Sacarse la camiseta, el hincha que llevamos dentro. El otro, aún más importante ser objetivo.
El punto esta en si uno puede medir su subjetividad, saber opinar y además hacerlo con fundamento y criterio. Pero también hay algo que es cierto, una persona no puede renunciar a una pasión de un día para el otro y tampoco lo va hacer de un año para el otro.
En fin, el periodista que es hincha, nunca dejará de serlo, eso si, su opinión siempre estará atada a una pasión y al repudio o el reconocimiento de los demás.
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